En Arteterapia, lo más importante no es “el producto”, sino “el proceso” que se vive creando ese producto. Es un proceso integral: cognitivo, emocional, espiritual.
Durante mis tres y medio años realizando arteterapia individual y grupal en una Unidad de Cuidados Paliativos, aprendí que es más importante la relación interpersonal que se da en cada sesión de Arteterapia, que cualquier otra cuestión. Tanto en grupo como individualmente, la Arteterapia específicamente en cuidados paliativos, es un medio para reforzar vínculos con la vida: con nuestra parte creativa, productiva, generativa, pero en función de mí mismx con y por lxs demás.
La creación de un producto (artístico, artesanal, de manualidad, natural, con materiales reutilizables, etc.) es sólo “el pretexto” para esa interacción entre lxs otrxs y yo. Las interacciones van desde lo más superficial hasta lo más profundo, de acuerdo a cada participante. Yo, como terapeuta, sólo estoy allí, proveyendo compañía y apoyo, y funciono de acuerdo a lo que cada participante requiera de mí (apoyo técnico, acompañamiento emocional, seguimiento intelectual, escucha espiritual).
En Cuidados Paliativos, debido a la presencia permanente del concepto “muerte”, la Arteterapia es un medio para expresar “vida”, para expresarme como ser vital, para amarrarme a todo lo que me facilita cualquier conexión con mi vida. Y esto, lo ví, tanto en quien está al final de su propia vida, como en las personas que van a perder (pre-duelo) o ya perdieron (post-duelo) a alguien significativo. Y también lo viví yo como terapeuta/acompañante. Cada sesión de Arteterapia en Cuidados Paliativos, me conectó con la VIDA, y con mi vida.
¡La riqueza personal que obtuve en tres y medio anos, en la Unidad de Cuidados Paliativos Los Ángeles, es probablemente lo mejor que me sucedió en este tiempo anterior a mi entrada a mi propia adultez mayor!.
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