miércoles, 19 de febrero de 2014

Texto de V. Frankl, totalmente relacionado con la Arteterapia Creativa-Expresiva

En la página 6 del libro “The Will to Meaning, Foundations and Applications of Logotherapy”, Viktor Frankl (1905-1997), neurólogo y psiquiatra austríaco, creador de la Logoterapia, escribe: “Un enfoque meramente técnico en psicoterapia puede bloquear su efecto terapéutico. Hace algún tiempo se me invitó a dar una charla, en una universidad estadounidense. La audiencia estaría compuesta por psiquiatras a quienes recientemente se les había encargado proveer atención psicoterapéutica y psiquiátrica, a damnificados de un huracán. Acepté la invitación y seleccioné el título de mi presentación, TÉCNICAS Y DINÁMICAS DE SUPERVIVENCIA, el cual obviamente complació a los patrocinadores de mi charla. Pero cuando inicié la misma, le dije honestamente a la audiencia, que en el entretanto entendamos nuestra labor profesional simplemente en términos de técnicas y dinámicas, sencillamente estaremos perdiendo el punto central de nuestra labor, y lo más importante: estaremos perdiendo el corazón de aquellos a quienes deseamos ayudar. Acercarse a otros seres humanos meramente en términos de técnicas, implica necesariamente que los estamos manipulando. Y acercarse a ellos simplemente en términos de dinámicas, significa que los estamos cosificando: convirtiendo seres humanos en cosas. Y sucede que estos seres humanos, nuestros clientes, inmediatamente sienten y notan la calidad manipulativa de nuestro enfoque, y nuestra tendencia a cosificarlos. Así que afirmo, que la cosificación es el pecado original de la psicoterapia. Un ser humano no es una cosa. Este no ser una cosa, es la lección que debemos aprender del Existencialismo”. 

Breve comentario de Angela: En los procesos arteterapéuticos, individuales o grupales, la relación siempre es horizontal. Arteterapeuta y cliente son dos seres humanos que se encuentran por un tiempo. Este encuentro intenta, de alguna manera, impactar positivamente la vida del cliente. Sin embargo, cuando este encuentro acerca a dos almas: la del cliente y la del terapeuta, se impactan positivamente ambas vidas.